¡Siempre nos quedará París!

Querida Katy (¿Kati?):

Comienzo a escribir esta carta cuando hace exactamente dos horas que me encontraba en la puerta de la casa de tu hija Ana en la calle F****** de Málaga.

Es cierto, es cierto que anoche, cuando os dejaba a tí  y a tu amiga me dijisteis que no queríais que yo os llevara a Linares con mi autocaravana, pero...¿qué quieres? cuando te gusta una mujer creo que todos los trucos te están permitidos (respetando por supuesto en todo momento a esa preciosa persona), está permitida hasta la mentira y ¡claro! me inventé el rollo ese de que anoche quedamos citados para esta mañana de domingo (espero que sepas disculparme).

Querida Katy (o como se escriba):

Anoche, cuando entraste en "El Clásic" y pasaste delante de mí (y a pesar de encontrarme solamente en el tercer "uiski") me quedé completamente dopado de tu mirada, de tu persona, de tu karma, de tu todo....Si en ese momento, Katy, querida, me someten a la prueba de la bilirrubina reviento el bilirrubinógrafo y me quitan el carnet de enamorado para lo resto...pero yo, ¡tan a gusto! mira que te diga...

Es posible que esta mañana, a las puertas de la casa de tu hija, cuando me respondiste con la firmeza y el aplomo de una nueva y más bella juana de arco, me respondiste con una negativa a mi propuesta de que viajaras en mi autocaravana hasta Linares, es posible que pensaras que yo rumiaría por lo bajini: ¡Vaya mujer estúpida!¡Mira que no querer venirse conmigo en la autocaravana! ¡Qué se habrá creído la tía borde!...Pues no, querida Katy (o como se escriba) no pensé ni rumié tal cosa; bien es verdad que, aunque en este Mundo la felicidad completa sólo existe para los necios y los cretinos, habría sido casi feliz teniéndote cerca de mí durante las dos o tres horas del trayecto, olisqueando como un lobo bueno el perfume de tu cuerpo, pero, como hombre tradicional y conservador que soy me gustó mucho (¡¡¡rediez: mucho!!!) ese gesto tuyo de negarte a subir en la autocaravana del primer perro flauta con el que apenas has hablado media hora en una discoteca casi a oscuras...me gustó, ¡vaya si me gustó! porque tomé conciencia (y disculpa la cursilada) de que estaba delante de una mujer de la cabeza a los pies, una mujer que se hace respetar, una mujer con la cabeza bien amueblada, y eso, querida Katy (o como se escriba) a los hombres de mi edad y de mi educación (me he educado en un Internado de los Salesianos) sabemos valorarlo. Así que, muy lejos de molestarme por la negativa a que os llevara a tí y a tu amiga en mi autocaravana, ese gesto tuyo de firmeza por tu parte ha sido el responsable de que me haya enamorado aún más de tí. Cuando te marchabas en el taxi me dije a mí mismo: Alberto, en ese taxi has dejado de ir a una mujer por la que cualquier hombre que se precie de serlo se jugaría la cara, y hasta que se la partieran; esta Katy (o como ¡c...! se escriba) amigo Alberto no es bisutería de mercadillo, ¡no!, es oro...auténtico oro humano, y de muchos kilates.

Querida Katy:
Para no cansarte mucho termino esta carta. Y la termino diciendo que anoche, en "el Clásic" me quedé con las ganas de bailar contigo un bolero pues tienes la estatura ideal para ello...¡No pudo ser! ¡Qué se le va a hacer! De todas formas no pierdo la esperanza de verte alguna noche aparecer por las puertas de "el Clásic" endulzando el trago de "uiski" que en ese instante llueva mis labios,  y si no vuelvo a verte jamás soñaré con aquella noche y para consolarme me diré aquello que le dijo Humphrey Bogart a la bellisima Ingrid Bergman mirándose en sus ojos claros: ¡We'll always have París! ¡Siempre nos quedará París!


P.D.: Querida Katy, intentaré hacerte llegar esta carta depositándola en el buzón del domicilio de tu hija. Si me envías tu dirección postal en Linares podré mandarte por Correos muy gustosamente unos ejemplares de mis libros firmados y dedicados, ofrecimiento que hago extensivo a tu amiga. Espero y deseo verte pronto en Málaga, en Linares o en cualquier punto geográfico comprendido entre el paralelo 4Oº norte y el meridiano 4º oeste. Besos de Al.