martes, 28 de agosto de 2012

NOCTURNO AMERICANO




                            
Hoy, Marina no ha acudido al Clásic. Claro es que el Clásic (esdrujuleando) no abre las noches de los martes. Hoy, Marina a bordo de uno de esos vuelos baratos que tanto trabajo le dan a los periodistas de las páginas negras de "sucesos" de la prensa amarilla,  viaja hacia Ucrania a pasar las dos semanas de vacaciones a las que tiene derecho por limpiar culitos de burgueses recien nacidos y planchar las camisas "springfield" del mayorcito de la casa...en una de esas urbanizaciones para millonarios de la Côte du Soleil (permítaseme el eufemismo) vigiladas por musculados jóvenes, y no tan jóvenes,  sureños con uniformes copiados del far west americano. 
¡Ah! se me olvidaba decirles que el Clásic es una discoteca de las que se fundaron algunas por los años sesenta en esta parte de la ciudad que ahora ha quedado convertida en una "zona de copas".
Pero a lo que iba....Marina estará ahora volano los cielos de la antigua Union Sovietica donde ella de joven sacara su titulo de medica pediatra para terminar trabajando (¡ay, si papá Stalin levantara la cabeza!) en las honrosas funciones (va sin ironias...¿para qué?) descritas algunos megapixeles arriba (¿se dice megapixeles?).
Y yo, recordando su bella imagen que le prestaban los focos de la "disco" y mis gafas "rayban" modelo "pasolini" cuando timidamente movia la cintura (una cintura que ha parido ya una ruso-americana que vive en la ciudad de los rascacielos y que cada algunos años manda dinero para que la abuela Marina acuda a jugar con su nieto entre los robles centenarios de Central Park) al ritmo de los últimos acordes rockeros de la Europa consumista (me refiero al baile discotequero de la encantadora abuela).
Y yo me he ido a pasear por el Puerto. Mis ojos se han sobrecargado con las malas pinturas de jovenes con más voluntad que talento y con los puestecitos de artesania en serie donde se venden repetido mil veces la casita de Normandia acondicionada para quemar barritas de incienso, los collarcitos y las puñetitas coladas como venidas de las manos de alguna "oenegé" misteriosa o el consabido kiosko de libros donde las ediciones de "los tres mosqueteros" se multiplican hasta el infinito con el titulo troquelado en falso oro horteramente.....
Menos mal que en mi emepecuatro llevo, repitiendose desde que salí de casa la cancion de I Will Always Love You de la angelical Whitney Houston. A título de inventario les diré que en mis Diarios ya tengo anotado que si algún día me pierdo y no me encuentran en una isla griega me busquen Allá Arriba donde estaré junto al Jefe oyendo una y otra vez esta cancion de la negra más maravillosa que ha dado la bibliografia musical de los USA....y entre mis manos, las cálidas manos de mi Conchi que me espera Allí con sus alitas de purpurina y su sonrrisa de bella ironía decadente.
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Si lo dejo ahora, este artículo –como decía el genial Gonzalez-Ruano- ya no me sale.
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Regreso a casa, cuando son las doce de la noche, a bordo del ciento sesenta que a esa hora va escaso de viajeros y que con sus luces de neon y su traqueteo metalico parece ese vagon del subway que en todas las películas "de malos" de la METRO atraviesa el puente de Brooklin con Robert de Niro a bordo camino de su parada de taxis para entrar de turno en "los amarillos" la popular compañia de taxis neollorgkina..o como se diga...o en blanco y negro uno de aquellos espias sovieticos de la guerra fria huyendo al extrarradio de la metropolis perseguido por algun "bueno" de la CIA. ¡Ay, Señor!
Al sentarme me he dado un fuerte culazo con el asiento, lo que ha despertado la risa agradecida de tres jubiladas alemanas que por primera vez visitan el pais de sus sueños de adolescente....Y esta nohe soñaran en la pensión con un abrazo o un beso de El Cordobés. Yo, como buen indigena no les he cobrado el IVA...¡Como se entere "la Merkel"!
Al llegar al pueblo no he visto a la jóven Séphora por el Paseo Marítimo, ya es tarde,  pero (¡quien sabe si para compensarme!) en mi nevera me esperaba la curva fresca y sensual de una botella de espumoso italiano que me ha ayudado a terminar mi articulo...Ya lo decía Pla´: un adjetivo, un cigarrillo, o un güiski. Por cierto: entre las mesas del Café Gijón, en aquella España de ajos y alpargatas Cela, el gran Cela le mendigaba artículos al modestisimo y municipal Gonzalez-Ruano: Coño Cesar, dame un articulo para el ABC. Que no Camilo, que con las cosas de comer no se juega. Vete a la mierda Cesar. Cuando termine el articulo Camilo. Ya se sabe que a Cela lo que se le daba bien era la novela; él inventó el tremendismo. A ver niños: ¿Quién ha leído San Camilo 36?. Servidor Maestro. ¿Entera? Entera, señor. Muy bien Carlitos tú llegarás lejos. 
Y yo, con el permiso de ustedes ya he terminado este articulo....aunque...¡ojo! no pienso irme a la mierda....al menos por ahora.....Vale.

Jean Valjean de Montaigne. Escritor.

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