sábado, 2 de junio de 2012

Madrugada (un poema)





Son, exactamente, las seis de la madrugada.
En el "emepecuatro" suena una bossa nova que endulzó los años más tiernos de mi juventud.
El dulce lamento de sus violines es como un bálsamo
para mi corazón envejecido.
Belle-de-Mar me brinda una de sus hermosas sonrisas desde una foto a pie de teclado.
En su frente despejada, que el fuego del tanatorio municipal devoró en segundos
posé, como una paloma tímida, bebiendo vino joven los dos en una posada de carretera comarcal,
posé mi primer beso de amor, bendito beso que ardio con ella.

(Sin duda, la bossa nova es el ritmo de los enamorados)


Con cuanta gracia sonreía Belle por la comisura derecha de sus labios,
como sonreian aquellos jóvenes gangsters adolescentes,
efebos salidos de la factoría Passolini mientras jugueteaban coquetonamente
con su Smith and Wilson de cañón largo...
¡Con cuanta gracia!
¡Adios mi pequeña Belle...!
¡Hasta pronto...!
Espérame en el Cielo.


 Jean Valjean (madrugada casi veraniega del 2012)

4 comentarios:

  1. En una noche como esta de hoy, con poniente que por fin refresca un día de calor agobiante, vuelvo a leerte con el placer acostumbrado. Maravilloso poema que contagia un montón de sensaciones.
    Gracias, amigo. Un fuerte abrazo y ve con cuidado con tu Mistral por esos mundos.

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  2. Hola amigo solitario, he estado leyéndote desde ayer a las 12 de la noche, un amigo común recomendó tu prosa en un rincón de la red a la que acudimos muchos ausentes de Allí, me desvele de madrugada y seguí con tus precioso relatos, caí rendida al salir el sol, que me ha dado la oportunidad de tomar el café asistiendo a un hermoso espectáculo de colores, he seguido al despertar pero ahora te dejo pues están esperándome para el ritual de la comida, cuanto me gustaría seguir tu ejemplo y hacer de un tirón las tres comidas del día,no me quiero ir sin antes ponerte estas letras, como te dijo tu viejo profesor no dejes de escribir porque tienes un don y seria sacrilegio que dejaras de crear bellezas literarias. Como tu, soy una viciosa de la literatura desde mi mas tierna infancia, y no tengo ese complejo tuyo que te hacia esconderte de los crueles niños de la calle por culpa de tus dientes rotos, según los demás soy agraciada o sea que esa afición quizás me venga por herencia de mi padre que era un empedernido lector y tenia una extensa biblioteca medio escondida (por lo prohibido, tu sabes) en un pequeño cuarto al fondo de la casa, donde yo me fui bebiendo uno a uno todos sus tesoros, a escondidas y casi sin entender las mas de las veces nada, aquello era mi alimento secreto para sobrevivir, y hasta ahora en mi madurez, siempre con algo para leer y con la facilidad que no necesito ni silencio a mi alrededor para sumergirme en la lectura.
    Me estoy enrollando como una persiana verde, perdona.
    Solo quería decirte que me gusta mucho todo lo que he leído y seguiré luego disfrutando con tus citas de escritores míticos y tus recuerdos mutuos, me ha salido así, no lo he rebuscado que conste, aun me queda tu novela y algunas cosas.
    Elegí este poema para dejar el comentario por lo hermoso y por que de seguro volverás a el muchas veces para releerlo.
    Hasta luego. Un saludo cariñoso para ti.

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    1. carísima kaoskaos:

      Permanezco muy largas temporadas alejado de mi blog. Esta noche me he encontrado con el tuyo. Has sido muy generosa en tus comentarios pero me gustaría saber más de tí. ¿Sabes? los que padecemos la hermosa enfermedad de la lectura nos vamos extinguiendo poco a poco y los nuevos nacimientos no padecen esta enfermedad. En mi ciudad (Málaga) han abierto una librería (una O.N.G.) para.... ¡¡¡regalar libros!!! y...ni por esas (como rezaba el titulo de un articulo de nuestro inmortal José de Larra) las pocas veces que he ido está vacía.
      Kaoskaos: háblame de tus lecturas y yo te hablaré de las mías.

      P.D.: Espero saber apretar las teclitas adecuadas para "subir" esta respuesta a...a....¡¡¡a mi propio blog!!!

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  3. Pues lo siento, maestro... hay veces que son más los intentos de expresar cosas que la gracia de decirlas. Sea como sea, de alguna forma, con esas pocas palabras, uno se enamora de Belle.

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