jueves, 27 de febrero de 2014

Una Patria: AUSENCIA

Querida amiga, querido amigo:
Somos todos hijos adoptivos de una patria; se llama: Ausencia. Nuestra bandera son los cielos bajo los cuales hemos caminado , tú, yo, élla, él, ellos, nosotros todos, los hijos de la Diáspora camino de esta nueva tierra que nos acoge, tallando paso a paso, día a día, con nuestro caminar la agridulce metáfora del exilio. Sobre las blancas nubes que asoman por el horizonte anunciando el otoño de nuestras vidas, hemos ido pintando con el azul de la nostalgia los tiernos paisajes de nuestra infancia, aquel oasis dorado de nuestra juventud perdida, nuestros rostros más queridos que nos contemplan desde la otra orilla de la laguna Estigia, tiernas acuarelas, todas ellas, con las que ahora endulzamos las largas noches de nuestra vejez, sentados junto al fuego.

Querida amiga, querido amigo:
Aunque nuestras cenizas reposen al fin en diferentes mares, o vayan a ser esparcidas por los distintos vientos de la Rosa, o descansen bajo tierra en latitudes muy distantes unas de otras nos une a todos esta patria que hemos ido formando con las coordenadas del corazón, geografía sentimental que no precisa del compás ni del cuadrante y cuyo mapa perfectamente delineado duerme en nuestras almas, en nuestra memoria colectiva, a salvo de las erosiones del Tiempo, ese Agujero Negro en el que se han ido precipitando inexorablemente todos los seres queridos con los que hemos compartido nuestra infancia y nuestra juventud en esta Tierra.

Querida amiga, querido amigo:
Cada noche se enciende un Faro en las costas de Ausencia. No sientas miedo de la travesía. Pon ese Faro en la proa de tu barca y busca nuestras playas sobre cuyas blancas arenas otras barcas hermanas de la tuya se deshojan como flores muertas. 

Querida amiga, querido amigo:
Si algún día, caminando por los suburbios de una gran ciudad desconocida, te sientes solo y cansado, ven, acude, pide asilo político en mi corazón; él te espera.

(jean valjean)

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